La estrecha colaboración entre la Institución educativa y los exalumnos puede generar unas pautas para diagnosticar mejor el impacto que produce el estilo educativo a nivel personal, familiar, comunitario y profesional. Este modo de evaluar la calidad de vida ayudaría a realizar los reajustes necesarios y a potenciar los elementos educativos positivos.
En cada Centro educativo es conveniente, además, involucrar a los exalumnos en las tareas pastorales y sociales; esto les permitiría confrontar su formación con las responsabilidades específicas en su ambiente cultural, familiar, social y político. Con este fin, es necesario que cada Institución educativa promueva la creación o el fortalecimiento de las Asociaciones de exalumnos.
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